Altea, Alfaz del Pi y alrededores, destinos turísticos con encanto en la costa de Levante. Toma nota de mis recomendaciones, todas asequibles.
Pensando en una escapada asequible y junto al mar, me hice con las mejores direcciones de Altea, Alfaz del Pi y alrededores. El hotel La Riviera ofrece hospedaje básico, con un criterio estético que no comparto, pero me atrajo como opción low cost. El edificio está apartado del zona turística, es tranquilo (no es nada fácil aparcar cerca). Cuenta con piscina, habitaciones reformadas, con balcón y vistas panorámicas al mar. Su propietaria y equipo son muy atentos (+34 966 865 383; solo recomiendo las habitaciones superiores, HD a partir de 70 € y hasta 110 € y no se abona extra por perro; también se alquilan estudios a partir de 350 y hasta 650 por 14 días).
A la vuelta del hotel está Pane è Amore, el café con más encanto de la costa; aquí no existe el show off. Tumbarse en una de sus dos haimas, tomar algo acompañado de buena música (que sale de un equipo de música viejo y pequeño), una cocina breve, sencilla y saludable, servida con amabilidad, resulta un plan ideal para relajarse (a partir de 6,50 €; +675 28 71 88).
Imprescindible dar un paseo por el casco antiguo de Altea, es un pueblo muy pintoresco. En una plazoleta, suelo pedir las pizzas de Tapas Gastro Bar, son muy ricas. Es entretenido mirar en las tiendas de los artesanos, siempre se puede encontrar algún tesoro, a mi me gustan los sombreros de papel que vende una argentina en Vinart (10 €; calle Alcoy, 6; +34 644 166 078).
En el Paseo Marítimo, el lugar más auténtico y bonito es el Bar Gourmand Felix. Te tentarás con sus tapas de autor, las ostras de la legendaria Gillardeau (un tesoro gastronómico) y demás productos de estación; lo regenta Laurent, un tipo que sabe cuidar todos los detalles (+34 965 84 01 25; p/p 40 €).
Una de las rutas de senderismo más bonitas de España
Por la mañana muy temprano o al atardecer, no puede faltar el paseo hasta el Faro del Albir. Con zapatillas y agua fresca, recorrer el Parque Natural de la Serra Gelada, hasta el faro, resulta el sitio perfecto para dar un paseo, correr o montar en bicicleta por su camino asfaltado (casi 5 km de ida y vuelta). Dentro del parque está la tentadora cala de la Mina; es de piedra. No olvides llevar sombrilla o algo que de sombra, toalla y mucha agua; solo estarás tú, los que te acompañen y un puñado de barcos fondeados en sus aguas turquesas y cristalinas.
Alojamiento de diseño y buena mesa en la playa de San Juan
A 40 minutos en coche, desde el hotel Riviera, y mirando a la playa de San Juan, se alza de verde el Hotel Almirante —para mi gusto, el más bonito de la zona (no aceptan perro en verano, para más detalles, pincha aquí)— y Pocardy, su restaurante, es el sitio para comer la pesca del día y un arroz inolvidable (+34 965 650 112). Para que te pueda acompañar tu perro, reserva una mesa en la terraza. Todo gourmad que se precie debería pasar por Pocardy. Como en la citada playa no es dog friendly, a 6 kilómetros del allí, da gusto estar en la parte nudista de la Cala de los Judíos; es de rocas lisas, poco concurrida y el baño es estupendo (hay piscinas naturales). Por favor, no olvides llevar agua fresca para tu perro.
Vuela en un jet
Como verás, la Costa Blanca es un buen punto de partida para vivir unos días refrescantes sin que el bolsillo se resienta tanto como le podría suceder en la Costa Azul. Para llegar hasta Alicante, nada mejor que hacerlo con Iberia Regional Air Nostrum (tarifa por perro y trayecto en cabina, 8 kg con transportín incluido, 45x35x25 cm; 25 € por trayecto; 901 111 500). El destino también brinda una codiciada experiencia de bienestar para celebridades, líderes del mundo y grandes fortunas, descubre esta otra dirección que disfruté con Eros, haz clic aquí ahora.
Texto: Christian Oliva-Vélez
Fotos: Christian Oliva-Vélez/ David Suárez
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