Atelier Bio me sorprendió, en seis pasos y en una atmósfera feliz, compusimos el nuevo champú para mi hijo no humano.
Atelier Bio es la propuesta de actualidad que piensa en la belleza y en el medioambiente. Fórmulas naturales y bio surgen en su espacio ubicado en Gracia (calle Torrent de l’Olla, 174; +34 93 515 03 56; síguelo en @atelierbio y en atelierbiocosmetic). Me gusta descubrir nuevas opciones para cuidar a Eros. Una mañana de esta semana, con el mejor cazador de olores, salí en busca de un champú. Lo visualicé 100% respetuoso con el pH de mi hijo no humano, antibacteriano, hidratante y que proteja su piel.
11:00. Entramos en Atelier bio. Carla Díaz y Rocío Rivera nos reciben con una sonrisa. Recorro el local hasta llegar a El Obrador. En este espacio didáctico, me sentí un alquimista. Aquí me enteré de que los perros tienen un pH diferente al nuestro (5.5), oscila entre 6.3 y 7.5; en las almohadillas, el valor es más bajo. Para mantenerlo equilibrado, regulado y evitar reacciones adversas, una magnífica elección es utilizar un producto bio específico y personalizado. Hacerlo uno mismo resulta emocionante. Como es lógico, aunque me reserve la fórmula, a continuación, te contaré los detalles más significativos.
Antes de comenzar, como primer paso, desinfecté con alcohol los utensilios y vasos. Acto seguido, utilicé una báscula, batidora, espátula e ingredientes siguiendo las indicaciones de Rivera y Díaz. Fui colocando en un vaso grande los elementos, lo hice en tres fases (a, b y c). La cantidad fue, casi, la especificada en la fórmula diseñada. Vertí algo más de coco, un componente antibacteriano, y otras cantidades de ingredientes de lujo.
Al abrir el frasco de hidrolato de lavanda, Eros se sintió atraído por un aroma bien conocido. Lo subí, se relamió. Qué entretenidos estuvimos los dos. Pusimos unos gramos de glicerina y agua de lavanda. Mezclamos todo a baño María. Es importante seguir los porcentajes de la fórmula pero, si uno se pasa unas décimas, no pasa nada, afirma Rivera.
Eros se relajó, durmió en mi regazo. La fórmula empezó a mostrarse jabonosa. Su espuma arrastrará las toxinas. Utilicé un par de tensoactivos muy respetuosos con el pH. Como todas las composiciones de la casa, esta no lleva sulfatos ni ftalatos, por lo tanto, no irritan la piel. En cuanto a la textura, esta pueden ser como uno prefiera. Utilizamos ingredientes líquidos y otros sólidos hasta obtener la consistencia que me agradó. Fuimos generosos con la manteca de karité, poderosa hidratante y nutritiva para la piel.
En otro vaso, coloqué cera de origen vegetal, que sirve de emulsionante y también protegerá la piel después del lavado. Calentamos la cera para unir la parte acuosa con el agua de lavanda. Esta flor brinda propiedades terapéuticas y es antibacteriana, resulta muy apropiada para los animales. Buscamos la textura que me gusta, colocamos gotas de aceite esencial de lavanda de Provenza. Se acerca el final. En el paso número cuatro, verificamos el PH y rectificamos hasta llegar al valor necesario. En el quinto, introducimos un conservante natural; esta sustancia mantendrá perfecto el champú durante los próximos tres meses.
Cuidando cada detalle del proceso, sin escatimar en lavanda, coco y karité, creamos la nueva fórmula para bañar a Eros. Sin más, Atelier Bio nos ha regalado una experiencia única y en sintonía con la tierra (45 min; 20 €; productos para elaborarlo en casa, 58,60 €). Con Carla y Rocío, además puedes aprender a ‘#cuidarteconarte’. Por ejemplo, haciendo un champú sólido (ideal para llevarlo de viaje), agua micelar y un amplio repertorio de productos cosméticos para toda la familia. La propuesta de Atelier Bio merece ser compartida, no es de extrañar que ya se haya hecho con una clientela fija de animales humanos y no humanos. El 14 de febrero lanza su tienda on-line, www.atelier-bio.com.
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