El Café Sacher debe su fama a la receta antigua de una tarta famosa, que atesoran y sirven por 7,50 euros.
Entrar con perro a un elegante local es de lo más normal en las ciudades de sociedades evolucionadas. Esta libertad se puede experimentar por ejemplo en el emblemático Café Sacher de Innsbruck, Salzburgo y Viena. Todo lo que allí se sirve es riquísimo. Su Original Sacher-Torte es de mis tartas favoritas. Se trata de un capricho asequible, la porción vale 7,50 euros.
Esta auténtica tarta de chocolate y mermelada de albaricoque, concentrados en unos doce centímetros, coronada con el sello de la casa y servida con nata montada, fue creada en 1832 por el pastelero Franz Sacher para el príncipe Metternich en Viena. Es tan exquisita e irresistible que Sacher vende más de 360.000 tartas al año (29 euros por una pequeña).
El sabor de Austria
Las veces que visité Austria con Eros fueron como invitados especiales del país. Por fortuna, mi cuerpo lleva bien comer un par de pasteles por día y pude disfrutar de los afamados postres austriacos. Cada vez que tuve la Sacher-Torte en mi boca, un coro de satisfacción me hizo suspirar. La acompañé de varias maneras, con zumo de naranja, café o champagne: ¡me fascina! Como la cultura del café vienés permite quedarse tanto tiempo como uno desee, me dejé abstraer en su atmósfera Art Deco. Con Eros en brazos, miré las fotografías antiguas de las innumerables celebridades que han pasado por los cafés Sacher de Austria, muchos de ellos posaron con sus perros.
Si te hospedas en uno de los hoteles Sacher, como hicimos con Eros en Salzburgo, como detalle de bienvenida encontrarás uno o dos rectángulos de este pastel en tu habitación. Podrás incluirla en tu banquete de desayuno. También está a la venta en la tienda de delicatessen del hotel o en el Dutty Free. En cualquier caso, te invito a hacer clic aquí para descubrir más detalles de nuestra experiencia en la ciudad de Mozart.
Texto: Christian Oliva-Vélez
Fotos: David Suárez/ Hotel Sacher
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