José Avillez, Chef del año por la Academia Internacional de Gastronomía, me tentó. Hice un alto en el camino y probé su cocina.
Como canta Vinícius de Moraes, la tristeza no tiene fin, pero la felicidad sí. Abro mi frasco de Musgo Real, la colonia que utilizan los caballeros portugueses desde el año 1930. Lágrimas de notas especiadas, sándalo y pachuli, recorren mi cuerpo. Ahora sí, iniciamos nuestro periplo sobre calzadas de adoquines; patrimonio cultural de la capital lusa.
15:00. Encontramos una mesa en la Cantina Zé Avillez. Sirven algunas de las mejores recetas de la cocina portuguesa familiar (30 €; +351 215 807 625; Rua dos Arameiros, 15; cantinazeavillez.pt). José Avillez está considerado el mejor cocinero de Portugal. Se casó muy bien, con Sofía Ulrich, tiene dos hijos y doce espacios gourmet en Portugal. Miro la carta. Me dejo asesorar.
El estuario del Tajo me acaricia con su brisa y hace flamear las orejas de Eros. Bebo Pedras, el agua 100% natural portuguesa por excelencia. Descorchan un vinho verde muy rico. Traen agua para Eros. La atmósfera es perfecta.
Disfruto de manjares del océano y platos típicos. De sobremesa (postre), pruebo dos, exquisitos, y un café Delta; de los mejores del mundo. Esta elección fue de casualidad y resultó perfecta (30 €).
Mientras subíamos por la colina de São Jorge o del Castelo, como todo es bonito, pedí perdernos un rato. En el próximo post te contaré la visita al Castillo de San Jorge.
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