La maison Montblanc está comprometida con el arte y la cultura. Este año, rinde homenaje a Peggy Guggenheim. Ella adoraba a sus perros.
Montblanc, como marca arraigada en la cultura de la escritura, hoy me ha desvelado una noticia fantástica entorno a su nueva pluma. Este año, el prestigioso Premio «Montblanc Arts Patronage Award» es, además de otorgar un apoyo económico a los proyectos del ganador, una pluma estilográfica de oro macizo de la edición limitada «Patron of Art». La nueva creación de esta preciada colección está dedicada a Peggy Guggenheim. Hoy he conocido sus dos estilográficas, la edición está limitada a 81 piezas.
En su época, Guggenheim fue una de las coleccionistas y promotoras del arte del siglo XX más influyentes de América. Entre otros, apoyó a Jackson Pollock, Max Ernst y Mark Rothko entre otros. Vivió 30 años en Venecia, en el Palazzo Venier dei Leoni. Los compañeros inseparables de la ultima dogaressa (la última duquesa) fueron sus 14 perros de la raza Lhasa Apso. Guggenheim está enterrada en el jardín de su palazzo junto a sus perros. Los quiso tanto que, comparte su tumba con ellos. Las palabras «Aquí yacen mis queridos bebés» están presentes, junto al nombre y fecha de cada uno de sus perros, en la losa de mármol que está junto a la suya.
Mi lema fue ‘adquirir un cuadro cada día’ y me mantuve fiel a él. Peggy Guggenheim.
En memoria de los perros que tanto adoraba, el plumín artesanal de oro 750 cuenta con un fino grabado de las patas de la raza favorita de Peggy Guggenheim. Esta noticia me entusiasma. Detallo el motivo. Poseo dos obras del artista Bobo Ivancich, marqués de la Torriente, que además es amigo mío. Por él conocí otras anécdotas de la mecenas, ella era amiga de sus padres como también lo fueron de Hemingway. Cuando Bobo era pequeño, además de jugar al ajedrez con Ezra Pound, visitaba la Bienal de Venecia con Dodie Rosekrans, importante coleccionista y gran amiga de Peggy Guggenheim.
Por otro lado, Paolo Barozzi, el asistente personal de Guggenheim (arriba en la foto) y amigo de los padres de Bobo, le ha dedicado al artista un escrito que él ha publicado en su catálogo. En cuanto a mí, disfruto con su obra, hace ya varios años que admiro el trabajo de Bobo.
Con todo ello, además de ser amigo de Montblanc, descubrir con esta noticia que, por primera vez, la impronta del amor hacia los perros está representada en una pluma Montblanc: ¡me emociona!
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