Ottoburg.

La carta está en alemán.

Eros me acompañó a cenar, no suele hacerlo.

Navidad en Ottoburg.

Ottoburg ofrece cocina regional en un castillo del siglo XV ambientado como una casa tirolesa.

Cuando cae la noche en la Capital de los Alpes, el mejor plan es cenar en Ottoburg. Se trata del restaurante más antiguo de Innsbruck. Está alojado en una fortaleza del 1494 ubicada en el número uno de la calle Herzog-Friedrich-Straße. Ottoburg es una institución de la cocina tradicional tirolesa y austriaca. Tiene varios salones muy pintorescos. Como soy algo especial para las mesas, durante aquel día, pasé para conocerlo y elegir la mesa que más me gustó.

Herzog-Friedrich-Straße, una de las calles más bonitas de Innsbruck.

Por su puesto, Eros estuvo a mi lado. Se portó genial, después de un día de senderismo por los alpes, durmió a mi lado sobre un banco tirolés de madera y encima de una servilleta. La carta está en alemán. No tuve ganas de hacer ningún esfuerzo y pedí que me sorprendieran. Entre velas, vino austriaco y risas, abrí una ventana, oímos rugir al río Inn. Después de cenar, tomamos un chupito de licor de pera con los propietarios.

Juntos en la mejor mesa de Ottoburg.

Detalles de Ottoburg.

De aperitivo, un Almudler, limonada de hierbas del tirol.

En lugar de un corcho la botella lleva uno realizado en vidrio.

Umathum, un Zweigelt, uva austriaca y de una excelente bodega a orillas del Lago Neusied. 2013 fue una cosecha excepcional.

Unos de los platos que probé en Ottoburg.

Postre.

Mi licor de meloctón, un clásico en Austria.

Los propietarios de Ottoburg.

Al salir, al lado de la catedral, tomamos una copa rodeados de velas en Dom Café-Bar (es un local de ambiente).

Dom Café, donde tomamos una copa.

Texto: Christian Oliva-Vélez
Fotos: David Suárez