En el frondoso valle de Canyamel, lujo discreto, mar y tranquilidad, es lo que ofrece este nuevo hotel con aire de pueblo mallorquín.
Cuantos veranos he pasado en “la isla de oro”, así la llama Rubén Darío, tirándome al agua desde el Beach Club Gran Folies de Andratx con mi madre y mis cinco hermanos. Paseando por Valldemosa. Escuchando a Chopin y contemplando las estrellas. A veces, ayudando a los marineros a fondear el velero en las calas más paradisíacas. En compañía de todos los míos, disfrutando del atardecer con un té ahumando con scons. Otras, sintiendo la brisa del mar montado en una moto alquilada o en el descapotable de mi ex pareja. Llegando en bicicleta a comprar flor de sal en las salinas de Es Trenc y para comer pescado del día en el Restaurante Es Trenc. Hay muchas palmas y está es la mía. El mar me pone melancólico y también me invita a soñar.
Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer. Rubén Darío.
Desde entonces, la isla no ha parado de crecer. A 75 km del aeropuerto, el primero de junio, abrió el Park Hyatt Mallorca. En las 142 habitaciones (16 suites) con terraza y vistas al mar o al valle de Canyamel, los huéspedes Hyatt encontraran todo aquello que les gusta de esta gran corporación hotelera (HD a partir de 640 €). Además del Serenitas Spa, sus restaurantes y las tres piscinas del hotel, está el Country Club de Cap Vermell, que cuenta con pistas de pádel, tenis, piscina cubierta y otra en el exterior. Como todo buen resort, pone a disposición cuatro campos para los aficionados al golf. A diez minutos del Hyatt, en la playa de Canyamel, encontrarás aguas cristalinas y su Beach Club. Más allá, las cuevas de Artá.
Pensando en el huésped de cuatro patas (máximo 8 kg; tarifa única, hasta seis noches, a partir de 150 €; haz clic aquí para conocer todos los detalles), en sus cercanías, para salir a pasear existen más de 20 rutas de senderismo debidamente señalizadas y aptas para todos los niveles. Teniendo presente a los más peludos de la casa, a través del siguiente vídeo, el Hyatt da a conocer la experiencia de un Bulldog francés en el Park Hyatt Mallorca.
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Qué ganas de sentir el perfume del mediterráneo, de oír a los pinos cuando sopla el viento, de orejones de Can Parrí y de nadar. Este verano no tenemos tiempo para visitar el Park Hyatt Mallorca, soñaré con hacerlo con Eros en el 2017 y así contaros nuestra experiencia dog friendly traveler.
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