La salud bucodental de nuestros perros también es importante. Estas son mis recomendaciones.
La higiene bucal es salud. Yo por lo menos, realizo una buena higiene bucal después de cada comida. A los niños, si no tienen una niñera encima, hay que estar recordándoselo hasta que aprenden. Aunque hay adultos que no han adquirido el hábito, el perro depende de nosotros y mantener su boca sana es también muy importante —los restos de comida pasan a ser bacterias que se descomponen y, entre otras molestias, generan placa bacteriana—.
Por lo tanto, previene la placa bacteriana y la formación de cálculo dental utilizando una dentífrico específico para perros, el nuestro suele contener flúor y este les hace daño en el aparato digestivo. Es sencillo, hay que poner pasta dental en el cepillo, venden específicos para ellos, y cepillarles suavemente. Al finalizar, no es necesario enjuagar con agua. Lo más económico es coger una gasa mojada y envolvernos un dedo y cepillarle con ella, es rápido y fácil. Yo utilizo Petosan y, como me a veces me olvido, lo alterno con huesos, zanahoria cruda y las laminas de espirulina de Sano&Bello de Bayer. Lo mejor es acostumbrarles desde cachorros para que este ritual de bienestar no les resulte tan molesto.
Recuerda que todos generamos sarro y, para quitárselo a ellos, hay que ir al veterinario que utilizará ultrasonido. Hay que tener presente que, la anestesia general siempre es un riesgo; aunque hoy están muy bien elaboradas y son seguras. La intervención dura en total una hora y ronda los 150€. Como verás, la prevención es lo más acertado. Para el mal aliento, recomiendo también elegir una comida saludable. Puedes aplicarle el spray de la alemana Hunter y en el agua ponerle el colutorio de Santa María Novella.
Como los besos con nuestros hijos no humanos no pueden faltar, además de la desparasitación interna, la salud bucal es un detalle que no hay que descuidar.
Texto: Christian Oliva-Vélez
Fotos: David Suárez
0 comentarios