Una leyenda del boxeo y amante de los perros inspira a una gran casa francesa. El resultado, un perfume: ¡guau!
Desde 1270, Frapin, casa artesanal de cognac y negocio familiar durante 20 generaciones, conquista a los paladares más exigentes. Al hilo de la gran tradición del lujo francés, Frapin da vida a perfumes niche inspirados en su historia y su territorio. En ellos, la maison representa la pasión francesa por la calidad, el arte de vivir y la tradición. Recurre a las mejores materias primas, atemporales, a los sabores ancestrales y bebe del amor por lo bello y bien hecho.
Tengo mi primer Eau de Parfum de Frapin, el savoir-faire y el arte de vivir a la francesa están representados con maestría en la nueva composición olfativa de The Orchid Man. Lo llevo puesto, es fresco, potente y viril. Eros no ha estornudado, reflejo que tiene ante olores que no le agradan. Se estima que el olfato de los perros es 1.000.000 de veces superior al nuestro. Su poder radica en las 120 millones de células sensibles al olor presentes en su nariz (el ser humano tiene unos 5 millones). En cualquier caso, me gusta hacerle oler todo para mantenerlo entretenido y para que su principal sentido no se atrofie.
En esta nueva creación, Frapin se aventuró en los dominios donde el hombre inviste con naturalidad, autenticidad y bravura. La casa se ha inspirado en la sorprendente personalidad del boxeador francés Georges Carpentier, conocido al otro lado del Atlántico como “el hombre de la orquídea”. Hombre respetado y cabal, “el gran Georges” hizo gala de una elegancia llena de recursos, capaz de reinventarse en cada etapa de su vida. Fue boxeador, piloto en la Primera Guerra Mundial, ciudadano ilustre, amante de los perros, jugador de rugby y actor.
Para Frapin, el boxeo, como el perfume, supone un reencuentro con uno mismo. Un reencuentro construido a base de rituales, de una estudiada gestualidad, de elegancia. David Frossard, Director Artístico de Frapin, es un amante del universo pugilístico y pensó en un perfume fresco, elegante, poderoso y viril. En 2015, el talentoso nariz Jérôme Epinette fue el encargado de interpretar esta nueva historia olfativa, tan animal como reflexiva.
He construido la fragancia en torno a un acorde animal de cuero, que imprime carácter, fuerza, elegancia, y el característico recuerdo de los guantes de boxeo. El pachulí aporta facetas cálidas y húmedas que evocan la atmósfera de una sala de entrenamiento. A continuación, he incorporado una frescura chispeante y energizante con la bergamota de Calabria y la pimienta negra de Madagascar, símbolo de la energía que se genera en un combate. Jérôme Epinette.
Descubrí Frapin en Bomonde (calle Campoamor 10 y en Bomonde.es). “The Orchid Man” acaba de aterrizar en esta boutique, todo un referente de firmas nicho en Madrid. Me encanta ser uno de los primeros en capturar nuevos perfumes, lo llevaré en mi próximo viaje. Te daré una pista. Con Eros nos vamos a un Relais & Châteaux en Castilla-La Mancha.
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