El método, el camino para encontrar la felicidad, desde Aristóteles hasta Toño Fraguas. En su primera obra, este apasionado de los perros intenta demostrar que el camino para alcanzar la felicidad, si es que existe, es personal e intransferible.
Me reúno con el autor de “¿Existe la felicidad?”, el nuevo título de Plaza & Janes, en un café de Madrid. El Imparcial nos gusta a los dos, fue muy fácil coincidir y más sabiendo que tengo interés en conocer a su perro y su amor por él.
Después de elegir el té, inicié la aventura, la de conocer al artífice de este libro que empezaré a leer hoy. Como “No Al Abandono” es una de mis causas, Fraguas me confirma que siempre viaja con Tirso, van en coches de alquiler. Al perro no le gusta nada el transportín. Llegó en uno desde el albergue de Cádiz, de donde su hermana lo sacó hace seis años. Al parecer, aún tiene marcada la idea del transportín a fuego. En sus viajes han ido a hoteles y a casas rurales. El autor llegó un día de trabajar y se encontró en la puerta a su hermana con el perro, que apenas tenía cinco meses. Tirso está por cumplir siete años y lleva la misma correa con la que llegó. Obviamente, Tirso está castrado. Es un eunuco, afirma Fraguas.
Además de filósofo, Fraguas colabora como periodista en El País y en Hoy por hoy de la Cadena Ser, entre otros medios. No vive en una caverna, conoce los problemas que afectan a los perros y está al día. Él también protege a Tirso contra la leishmaniosis y otros vectores con la pipeta de Advantix. Hablando de esta enfermedad, me contó que con su familia tuvieron un perro con leishmania cuando aún no existía la pipeta. Se llamaba Él y contrajo la enfermedad. De todos modos, vivió muchos años porque Fraguas lo pinchaba todos los días. Durante siete años, no se separó de Él y nunca le falto la inyección intramuscular, además le daba otra medicación para el riñon, órgano que se ve muy afectado con la leishamiosis. Él vivió 3 o 4 años más y no falleció de leishmania, aunque lo machacó mucho, sino a causa de un tumor en un hueso. Nunca llegó a sufrir pero su perdida fue muy triste para él y toda la familia. No dejaré de repetirlo, la pipeta de Advantix y el collar Seresto son un imprescindible.
Lo veo contento, ahora tiene a Tirso y su opera prima. Estoy descubriendo que quizás en este momento es feliz. Por lo pronto, su hijo adoptivo sí que lo es. Con ternura, Fragua dice que Tirso es un poco patilargo, entonces se nota que no es mi hijo, si fuera mi hijo sería paticorto. Tiene tanto encanto que, si me pasase algo, estoy seguro que sobrevivía sin mí, encontraría una nueva familia enseguida.
Acompañándoles en este tramo del camino, durante lo que dura una taza de té, le pregunto qué es para él la felicidad. El autor me revela que en el libro hay un capítulo dedicado a Diógenes, el padre de los cínicos. Los cínicos en la antigua Grecia reciben el nombre de perro. En griego arcaico, los cínicos vivían como perros. Estoy con la boca abierta y los ojos como platos, menos mal que no está Eros, así puedo prestarle toda mi atención a mi invitado DOG FRIENDLY traveler.
Fraguas siempre ha sostenido que se puede aprender mucho de los perros, que en algunas cosas podríamos vivir como los perros y ser como los perros. Me cuenta que Diógenes vivía en un tonel y desnudo y me dio a conocer una anécdota vivida con Alejandro Magno digna de descubrir. Fascinado al conocer este hecho histórico, ante mi sorpresa, veo que Fraguas es muy generoso y comparte aún más. Diógenes fue uno de los creadores de la corriente cínica de filosofía. Me sitúa. Por qué podemos aprender de los perros. El vínculo entre un perro y un humano no se encuentra, es imposible que se dé entre humanos. Por ejemplo afirma que, en el día a día, Tirso va desnudo, sin carnet de identidad, no juzga y un humano siempre lo hace. Encontrar un amor tan incondicional, que te siga allá donde vayas, que le da igual si eres pobre o rico, si cambias de profesión o te despiden. Da igual, lo que quiere el perro es estar contigo, sentencia el mejor amigo de Tirso.
A la pregunta de si para él esta relación sería quizás la felicidad, él cree que si la felicidad existe, se fabrica y se construye en buena parte en relaciones personales y afirma que una relación entre un perro y un hombre es una relación entre dos tipos de persona. El perro también tiene algo de persona, desde luego tiene personalidad. Cada perro tiene su personalidad. Y hasta donde sabe, si un ser vivo tiene personalidad, eso es que tiene algo de persona. No me saco el sombrero, porque en un hombre no tiene sentido llevarlo en un interior, pero sí que brindo por cada una de sus palabras con mi taza de té.
¡Qué ganas de abrir el libro! Fraguas añade: en mi obra hay un alegato por el cinismo de verdad, el de los cínicos de Diógenes, por ser autosuficientes. Eso también es otra de las claves de la felicidad, necesitar pocas cosas. Ser autosuficiente es más fácil cuanto menos necesitas. Y ahora me atrae descubrir qué más hace por encontrar el camino hacia la felicidad. Me confiesa que intenta seguir este dogma, tiende a desprenderse de cosas. Comenta que nos han enseñado mucho que la felicidad está en tener y en consumir. Afirma que esto es éticamente y ambientalmente insostenible, es irreal. Por lo pronto, a sus 40 años ha empezado a desprenderse de cosas y sabe que hay que necesitar pocas cosas. Los perros necesitan pienso, agua, calor y cariño, poco más. Me entusiasma escucharle.
Además, asegura que andar es muy importante. Es bueno para pensar. En el momento que uno se pone a andar se pone a pensar. Primero uno comienza a andar y luego se pone a pensar. Lo perros para esto son geniales. Doy fe de ello.
“¿Existe la felicidad?” es su primera obra y ahora solo le pido algo más, deseo conocer cómo ocurrió su gestación. El desencadenante fue un encargo para Televisión Española y el tema que le pidieron fue la felicidad, esta fue la única premisa. Como él había estudiado filosofía, pensó, la filosofía ha estudiado diferentes vías para llegar a la felicidad desde hace siglos… Lo siguiente fue un programa emitido en La 2. Esta fue la semilla que sembró la idea. No es para nada una transcripción del programa, asegura. El libro es bastante más punky, de hecho, la tercera palabra del libro es “felación”.
Siempre ha tenido una obsesión, que el ser humano está de alguna manera engañado o condicionado por razones externas, que tiende a utopías diferentes y hacía lo absoluto, como son: Dios, el amor, la felicidad… Son palabras muy grandes que la gente usa muy fácilmente y que todo el mundo buscamos y no sabemos muy bien qué significan. El 80,1% de los españoles dice que es feliz. ¿Saben realmente lo que es la felicidad? Estos conceptos tan fuertes, sobre los que no nos paramos a pensar, condicionan mucho nuestras vidas. Por eso la pregunta tan inicial, ¿Existe la felicidad?
Por todo ello, en su libro desgrana la felicidad según la filosofía y desde la contemporaneidad porque atestigua que las vías actuales a la felicidad son las mismas que en el pasado pero se disfrazan de algo muy moderno y muy fashion. Respetando lo que tiene de bueno cada negocio pero reconociendo también que por ninguna de esas vías se llega a la felicidad.
Después de escucharlo, lo felicito por ser un hombre valiente y le agradezco este tiempo compartido junto a Tirso. Regreso a casa con su obra, volveré a verlo cuando lo termine para que me lo dedique.
Texto y fotos: Christian Oliva-Vélez
excelente articulo christian saludos desde Venezuela