Los vinos de Villa Baulieu son muy buscados. Stéphane Derenoncourt, uno de los winemakers más reconocidos del mundo, es el consultor de la bodega.
Villa Baulieu es un testimonio de la antigüedad y bodega de premium en la ruta del vino de la Provenza. Al volante, mademoiselle Bérengère Guenánt. Su bodega está ubicada en el único volcán de la Provenza. Produce algunos de los grandes vinos del Coteaux d’Aix-en-Provence (AOC). Es una experta conductora, y más de los 4×4, compitió en rallyes por el desierto. Con su Range Rover, nos llevó a recorrer el viñedo. El wine safari es uno de los planes más interesantes para hacer en esta región de viñedos.

Range Rover esperando a la sombra en Villa Baulieu, listo para salir.
La bodega Villa Baulieu fue fundada en el año 1576. El paisaje de sus viñas es bucólico, las trajeron por primera vez los griegos. Mademoiselle Bérengère mantiene todo impecable. Me confesó que, le gustan mucho las bodegas que visita en Argentina con su padre y aprende también de ellas.

Bérengerè Guénant me enseña sus vides.
A sus 38 años, lidera el mercado del AOC Coteaux d´Aix produciendo un millón de botellas de rosé al año. El rosado es el vino por excelencia de la Provenza-Alpes-Costa Azul. Eros fue con la cabeza fuera de la ventanilla, con sus orejas al viento. Desde el punto más alto, 460 m, se puede comprobar que nos encontramos en el cráter de un volcán; el único de la Provenza. Es asombroso, ni siquiera llegué a ver el castillo, que está situado en la parte más profunda. Todo lo que se ve el macizo de Luberon y valles.
- Eros disfrutando del Wine safari.
- Vista del castillo desde parte del viñedo.
Mi nueva amiga me enseñó las cuatro hectáreas de trufas negras naturales que tiene protegidas. Las trufas son el orgullo y el entretenimiento de la comuna de Rognes. Ella las busca con su perro y los huéspedes que se apuntan al curso de cocina. Los talleres se imparten de diciembre a marzo en la cocina country-style de la villa (650- 1.600€ todo incl.). David, el mayordomo, me contó que los huéspedes se divierten muchísimo. Bérengère es una aficionada a la cavage (búsqueda de trufas), como lo es también su abuela de Poitiers. Asimismo, respetando la costumbre histórica de Baulieu, tiene plantaciones de roble, que luego comercializa. Me señaló varios pozos de agua volcánica de 2.000 años de antigüedad, grutas, tres acueductos bajo tierra y un altar dedicado a la Diosa de la Primavera, que data del período Augusto.
Después del wine safari, disfrutamos de un almuerzo al fresco donde pude probar más vinos.Caté los grandes vinos de la Provenza, los de Villa Baulieu (8- 36 €). Son modernos. Su asesor es el talentoso viticultor Stéphane Derenoncourt, una firma de excelencia en Francia, Europa y en el mundo. Mis preferidos son el tinto Cuvée Bérengère (Syrah y Cabernet Sauvignon) y el rosado Cuvée Alexandre (Grenache, Syrah, Cabernet Sauvignon): délicieux! Es curioso, tuvieron un vino al que llamaron “Eros”. Bérengère me aseguró que lo probaré más adelante.
- Ayudante del mayordomo.
- Mi almuerzo de productos regionales.
- Burrata.
- Ensalada de tomates de la huerta.
- Quesos y el blanco de Villa Baulieu.
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