La Praça do Comércio es celestial. Cuánto habrá visto la regia estatua que la preside. Disfrutaremos de sus vistas hasta el ocaso.
Tener una suite en la Praça do Comércio, núcleo de la ciudad celeste, resulta una elección inmejorable. Me renuevo con Claus Porto. Bajamos. Pasan tranvías. Cruzamos a la plaza, la presiden José I y su caballo. Busco sus miradas, orientadas a ultramar, y me detengo. El conjunto escultórico es solemne.
En 1755, un terremoto, tres tsunamis y un incendio destruyeron Lisboa. A partir de su reconstrucción, realizada por el marqués de Pombal, nace la sismología como ciencia. El marqués está representado en el Arco de Rua Agusta, junto a Vasco de Gama. Ambos monumentos han sido restaurados y ayudan a resucitar el pasado monárquico de Portugal.
Qué inesperado, el Royal Clipper, el velero más grande del mundo, navega por el dulce Tajo. A la derecha, en una playa pequeña, una pareja se besa y hay niños jugando. Un señor crea arte primitivo en una zona de rocas, superpone piedras y las pinta. Las velas del Royal Clipper ya están próximas al Puente 25 de Abril. Miro al horizonte. El pelaje de Eros se torna dorado. Enciendo mi vela. Esta noche cenamos en unos de los mejores restaurantes de fados. Te contaré los detalles la próxima semana.
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