En Huk beach recuperamos fuerzas para seguir nuestra travesía por el fiordo de Oslo.
Nos bañamos en Huk beach, la playa natural más bonita de Oslo; los perros son bienvenidos (tiene restaurante; pago en efectivo). Eros nadó entre gansos. Una gaviota reidora nos miró. Hasta aquí también se puede llegar en el autobús número 30; un sendero de pinos y enebros te llevan hasta la playa. En verano está llena. Volvimos a remar.
A las afueras de la península de Bygdøy, llegamos hasta un islote donde está el restaurante Dyna Fyr; tiene un salón y una terraza con vistas (durante la comida y la cena sirven pescado y marisco fresco; el menú está en noruego; reservas desde 2 a 40 personas; el transfer se hace en barco desde el ayuntamiento).
Me encantó descubrir el fiordo, un espacio de libertad que invita a ser disfrutado al máximo. Después de tres horas de kayak, mientras colocamos las canoas en su sitio y nos cambiábamos, Eros se echó a dormir entre la ropa; la travesía lo agotó. Agradecí a Annett su magnífica dedicación, atenciones y por compartir con Dog Friendly traveler sus rincones preferidos del fiordo. Eros se despidió de ella con cariño.
Las rutas ‘sightseeingtours’ para hacer con Annett Brohmann, instructora y cocinera amateur de Oslo Kayak Tours, son todas muy tentadoras (3 hs /108 € y 4 hs/124 €; también ofrece tour con cocina nórdica en el kayak o en la playa, 172 €). Puedes conocer ahora más detalles de esta aventura, vivida en verano, haz clic aquí.
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