Eros, dios del amor, Cupido o Ramazzotti, es el nombre también de mi hijo no humano y embajador de la causa #NoAlAbandono. Con él disfrutamos del mar Mediterráneo abordo del yate del Alàbriga Hotel & Home Suites.
El Mediterráneo es apasionante. Solía recorrerlo en familia todos los años de mi juventud, aquellos veranos fueron gloriosos. Como las experiencias marcan, siempre diré que, navegar por sus aguas es el mejor programa de la vida. Esta vez, como estábamos alojados en el Alàbriga, el nuevo hotel de Gran Lujo de la Costa Brava, no dudé en aprovechar la tarde al máximo y salir a navegar. El día empezó nublado pero, yendo a visitar unos pueblos, el cielo se abrió y pedí a Belén Parpal, de Viajes Singulares, un cambio de rumbo. A los 30 minutos estábamos zarpando con Eros de la marina del Port D’Aro. Al timón, Sergi —todo un experto por mar y aire (fue piloto de aviación)—.
- Yate Alàbriga.
- Naúticos, un clásico.
- Puesto de mandos del Azimut.
- Camarote en suite.
- Imagen satelital de nuestra ubicación.
- Saliendo de la marina.
- Alàbriga me renovó.
El barco ha sido diseñado por Azimut Yachts, un reconocido astillero italiano. Sus motores son Volvo, tiene dos de 1.100 caballos. Este yate es de líneas finas y bastante rápido, llega sin problema a los 34 nudos —con mar plana— y, en condiciones favorables, puede mantener los 22-26 nudos. Fue botado en el 2015. Además del camarote de la tripulación, hay tres cabinas muy cómodas con dos baños.
Me tiré al agua. Al atardecer, en la cubierta y en buena compañía, tomé un whisky. La tripulación se encargó de que esta salida en barco fuera perfecta. Así transcurrió nuestra tarde en la Costa Brava, la vivimos gracias a la invitación que me hizo Viajes Singulares y en colaboración con Alàbriga Hotel & Home Suites.
- A toda maquina por la Costa Brava.
- Puente de mando en cubierta.
- Listos para fondear.
- Whisky solo al atardecer.
- En la cubierta contemplando el atardecer.
Texto y fotos: Christian Oliva-Vélez
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